Hoy salgo del armario bipolar con Blog y Podcast

Después de miedo y dudas, hoy elijo la transparencia. Comparto mi historia con estabilidad, aceptación y ganas de desestigmatizar.

Hoy salgo del armario bipolar con Blog y Podcast
Nuevo comienzo

Después de más de un año desde el diagnóstico, hoy me atrevo a dar el paso. Y lo hago en la mejor compañía posible: mi hija Leila, de 9 años, quien me acompañó en este primer episodio del podcast No Soy Bipolar.

Llevo meses pensando en este proyecto, pero hasta ahora no me sentía lista para salir a la luz. Hace unos meses, en septiembre, lo intenté por primera vez en LinkedIn, después de ver la charla TEDx de Nacho Ruiz Hens sobre Bipolaridad y su mensaje sobre la #TransparenciaRadical. Me animé, publiqué un post… pero la verdad es que aún no estaba preparada.

Ese post fue, probablemente, el más visto que había compartido hasta la fecha. Recibí muchos mensajes de apoyo, pero me sentí abrumada. Empezaban a aflorar síntomas de depresión y, al final, decidí eliminarlo, como si nada hubiera pasado. Necesitaba centrarme en poner mi vida en orden.

Supongo que me dio pánico. Pensé que apostar por la transparencia radical podría cerrarme puertas y oportunidades, que la gente me juzgaría y que el estigma sería aún mayor. Pero, en el fondo, lo que más necesitaba en ese momento era estabilidad. Y en septiembre, la verdad, no estaba del todo estable.

Estaba bastante baja y herida después de mi último episodio maníaco. Habían pasado ocho meses desde entonces, pero todavía quedaba trabajo por delante. Iba a empezar terapia y psicoeducación en la Asociación Bipolar de Madrid. Seguía en mi proceso de duelo y, como en cualquier duelo, antes de la aceptación viene la depresión. No la depresión bipolar, sino otra clase de depresión: una transición, un aterrizaje donde procesas todo lo vivido antes de poder llegar a la aceptación.

Estaba todavía lamiéndome las heridas. Cuando hablo de heridas, son sobre todo de culpa y vergüenza. Me viene a la mente una imagen muy potente que resume muy bien lo que sentía que leí en un libro de @AndyDunn, Burn Rate (brillante, ya hablaré de él en otro post), donde describe el despertar de la manía como si fuera salir de un sueño. Un sueño del que te despiertas sin entender muy bien qué pasó. Pero para los demás no fue un sueño, fue bien real. Y ahí es donde entra la culpa y la vergüenza. Porque tú perdiste pie con la realidad, no sabías lo que hacías y nadie pudo pararte. Te rodeabas de personas que no te conocían de nada, precisamente para que no intentaran detenerte.

Volviendo a septiembre: pasadas unas semanas desde aquel post, decidí contactar con Nacho y ofrecerle mi ayuda. ¿Qué mejor que una persona con trastorno bipolar participando en iniciativas sobre Bipolaridad para darme una oportunidad? Y así fue. Trabajé con él hasta diciembre. Durante esos meses, me fui recomponiendo, encontrándome, retomando fuerzas. Gracias, @NachoRuizHens.

Ahora me toca volar con mis propias alas, encontrar mi voz y ser parte del movimiento que ayuda a desestigmatizar esta condición. Las enfermedades mentales son un tema delicado, pero, como con todo, cuanto más se hable y se normalice, mejor conviviremos.

Hoy, puedo decir que tengo suerte de tener este trastorno. En realidad, mi mayor suerte es haber recibido un diagnóstico, poder tratarme y conocerme más y mejor. Todo lo que nos pasa nos fortalece. Son lecciones de vida. Primero fue mi sarcoidosis pulmonar en 2012. Ahora, la bipolaridad. Lo veo como alertas del cuerpo y la mente, señales de que hay que reajustar la forma en la que vivía. Más claro, imposible.

Yo era como una olla a presión: contenida, reservada, todo iba hacia dentro. Con la bipolaridad, explotó.

¿Por qué salgo del armario ahora? ¿Por qué esta vez es diferente?

Porque ahora sí estoy estable. Desde el diagnóstico, nunca pensé que llegaría a sentirme así: yo misma, en control, serena, con total aceptación de lo que tengo.

Como indica el título de este blog y del podcast: NO SOY BIPOLAR. Es una condición que tengo, pero no me define. Y ahora sé que cualquier oportunidad que se presente tendrá en cuenta quién soy, de verdad.